¿Cuánta grasa tiene el queso? La nueva forma de conocerlo

¿Cuánta grasa tiene el queso?

El queso es uno de los alimentos más valorados por su aporte nutricional. Combina nutrientes esenciales como proteínas, calcio y, por supuesto, grasas. Sin embargo, la cantidad de grasa que contiene un queso depende directamente de su proceso de elaboración y varía según la variedad. Por ejemplo, un queso fresco suele tener un promedio de un 15% de materia grasa, mientras que un queso curado puede alcanzar hasta un 45%.

¿Por qué es importante conocer el porcentaje de grasa en el queso?

Hoy en día, los consumidores estamos cada vez más preocupados por la calidad de nuestra alimentación y buscamos información clara sobre los alimentos que ingerimos. Sin embargo, hasta hace poco, conocer el porcentaje de grasa total en el queso era todo un desafío. Esto se debe a que las etiquetas solían indicar el porcentaje de grasa en el extracto seco (la parte del queso que no contiene agua), clasificándolos en categorias como desnatados, semidesnatados, semigrasos, grasos o extragrasa. Esta clasificación, aunque precisa para los técnicos, resultaba confusa para el consumidor medio.

La nueva norma que simplifica el etiquetado del queso

Gracias a las peticiones reiteradas de organizaciones como la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios), ahora es más sencillo comprender el contenido de grasa en el queso. El Real Decreto 818/2015, aprobado el 11 de septiembre, introduce un cambio significativo: las etiquetas de los quesos deben indicar el porcentaje de grasa total en lugar del porcentaje de grasa en el extracto seco.

Este cambio elimina las antiguas denominaciones opcionales basadas en el contenido de materia grasa y permite a los operadores del sector efectuar declaraciones nutricionales más claras sobre el contenido o ausencia de grasas. El objetivo es brindar a los consumidores una información más transparente y accesible.

¿Qué implica este cambio para los consumidores?

Con esta nueva normativa, los consumidores podemos identificar de forma rápida y sencilla la cantidad exacta de grasa total en cada tipo de queso, facilitando la elección de opciones que se adapten a nuestras necesidades y preferencias nutricionales. Esto supone un avance hacia un etiquetado más comprensible no solo para el queso, sino también para otros alimentos, promoviendo una alimentación más informada y saludable.

Conclusión: hacia un etiquetado más claro y transparente

La implementación de esta normativa representa un paso importante en la mejora del etiquetado alimentario. Ahora, elegir un queso ya no será una tarea complicada. Con información clara sobre el porcentaje de grasa total, podremos tomar decisiones alimenticias mejor informadas, adaptándolas a nuestras necesidades nutricionales.

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